



Diagnóstico y evaluación:
Identificar los problemas de desarrollo y los trastornos psicológicos en niños y adolescentes.
Tratamiento y intervención:
Diseñar y aplicar tratamientos para mejorar la calidad de vida de los menores, ayudándoles a desarrollar sus capacidades y afrontar sus dificultades.
Prevención:
Fomentar el desarrollo saludable de la salud mental en la infancia y adolescencia, promoviendo la inteligencia emocional y los factores protectores.
¿Qué patologías aborda la psicología infantojuvenil?
Desarrollo evolutivo:
Estudia cómo cambian las habilidades físicas, cognitivas y emocionales del niño a lo largo de su crecimiento.
Salud mental:
Se ocupa de problemas como la depresión infantil, la ansiedad, los miedos, las alteraciones del sueño o de la alimentación, y la baja autoestima.
Trastornos de aprendizaje:
Incluye el diagnóstico y tratamiento de dificultades como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o la dislexia.
Trastornos de conducta:
Aborda comportamientos como la agresividad, la rebeldía o la conducta disruptiva.
Problemas sociales y emocionales:
Ayuda a los niños a desarrollar habilidades para interactuar con su entorno, afrontar situaciones difíciles, y relacionarse de manera adecuada.
Problemas familiares:
Evalúa cómo el ambiente familiar influye en el niño y puede ofrecer pautas para mejorar la interacción padres-hijos.


