Psicología

Apoyo emocional y bienestar para tus hijos
La psicología infantojuvenil es la rama de la psicología que analiza el comportamiento del niño y la niña, desde su nacimiento hasta la etapa de la adolescencia. En este estudio del menor, el psicólogo infantil realiza una evaluación a nivel cognitivo, perceptivo, motor, afectivo y social. A partir de la información recopilada, el determina cuál es el problema o trastorno del neurodesarrollo a abordar para, posteriormente, definir un tratamiento psicológico adecuado.
 
Trabajamos en la evaluación y la intervención de problemas psicológicos en la niñez. Estos especialistas poseen conocimientos en psicopatología infantil, neurodesarrollo, educación y neuropsicología.

Diagnóstico y evaluación:

Identificar los problemas de desarrollo y los trastornos psicológicos en niños y adolescentes.

Tratamiento y intervención:

Diseñar y aplicar tratamientos para mejorar la calidad de vida de los menores, ayudándoles a desarrollar sus capacidades y afrontar sus dificultades.

Prevención:

Fomentar el desarrollo saludable de la salud mental en la infancia y adolescencia, promoviendo la inteligencia emocional y los factores protectores. 

¿Qué patologías aborda la psicología infantojuvenil?

Desarrollo evolutivo:

Estudia cómo cambian las habilidades físicas, cognitivas y emocionales del niño a lo largo de su crecimiento.

Salud mental:

Se ocupa de problemas como la depresión infantil, la ansiedad, los miedos, las alteraciones del sueño o de la alimentación, y la baja autoestima.

Trastornos de aprendizaje:

Incluye el diagnóstico y tratamiento de dificultades como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o la dislexia.

Trastornos de conducta:

Aborda comportamientos como la agresividad, la rebeldía o la conducta disruptiva.

Problemas sociales y emocionales:

Ayuda a los niños a desarrollar habilidades para interactuar con su entorno, afrontar situaciones difíciles, y relacionarse de manera adecuada. 

Problemas familiares:

Evalúa cómo el ambiente familiar influye en el niño y puede ofrecer pautas para mejorar la interacción padres-hijos.